Ni tocarlo, el recuerdo perdurable;
Si mirada mantengo, me avergüenzo
Como si volviéramos al comienzo
En una franja de tiempo maleable
Brevemente plasmada en este lienzo;
Grandes rasgos de un todo inenarrable;
Enfrentado a este iris navegable
Bajo una tormenta en la que me venzo,
Carente de cable alguno, ni cabo
Con el que al mástil poder amarrarme
Evitando ser, de tu canto, esclavo.
Canto que me someta y me desarme;
Canto que, hogaño, enaltezco y alabo;
Canto que, ni aún así, puede callarme.
Lienzo del que se desprenden
Limpias escamas que
En su rotante caida
Brillan como
Pavesas de
Un fuego más interior que
Visible.
Quemando suavemente
Las entrañas
En su búsqueda de
Asentamiento.
lunes, 12 de marzo de 2012
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