Activa Inoperancia

Activa Inoperancia

lunes, 18 de noviembre de 2013

Conciencias Reversibles III

De relajados saberes consorte,
Dechado de virtudes culinarias
De bizcochos de peras y manzanas,
Notable candidata a Miss Recorte.

Musa de élites hipotecarias,
De entusiastas de todo lo que aporte
Ganancias. Sea mercadeo del "No aborte",
Grandes hospitales o funerarias.

Los nuevos amos de la pulcra higiene
De las castizas calles y jardines,
Las papeleras y los adoquines;
Siempre les gusta que la bolsa suene.

Con menos escobas que maletines
Acostumbrados al mande y ordene
Ganan que su campo de golf se llene
De contenedores y botiquines.

Confundiendo la paja con el ojo;
El triste trigo, con verde manzana;
Peras, con actividad cortesana;
Un mendigo, con un seco rastrojo;

Spa en Lisboa, con sepelio y sotana;
Aplomo, con soberbia sin sonrojo;
Amigos, con la crema del despojo;
Rientes ratas, con ardilla holgazana.

Con varios "Don Vitos" escurialenses
Pagando sus despilfarros privados.
Si me salen las cuentas, son pagados
Por saqueados vecinos matritenses,

Ovetenses miembros de principados,
Cántabros, maños y tarraconenses,
Barrenderos, vascuences y forenses,
Mas hijos de todos nuestros estados.

En la ciudad de los sobre-cogeres,
El rostro de las bolsas de basura,
La que trata a los pobres con usura,
Consorte de relajados saberes.



lunes, 14 de octubre de 2013

Conciencias Reversibles II

La ley, siempre bendecida y cristiana,
Tan repugnante como infanticida,
Deja nuestra conciencia malherida,
Impotente cual luna en la mañana.

Una niña confusa y aterida,
Fundida con su muñeca de lana.
Bajo su ojo color avellana
Libera alguna lágrima partida.

Sobre ella, y proyectada en el asfalto
Como péndulo macabro y sombrío,
Que abrasa al alma y atraviesa el frio,
La dueña de sus días dio el gran salto

Zanjando dignamente el desafío
De un banquero y un juez bastardo y falto
De escrúpulos, pero de sueldo alto;
Con la conciencia en fuga o extravío.

Un juez protegido rabiosamente
Por mansos fiscales y sus vómitos
De infames veredictos paródicos
Que hieren la justicia mortalmente.

En el circo de los despropósitos
El escaño, untuoso y maloliente
Tras el paso de quien, villanamente,
Vende su pueblo a los demagógicos

Mercaderes de las grises tarjetas
Que devoran fardos de mileuristas,
Huesos bien crujientes de pensionistas
Y obreros tasajeados en brochetas

Que engullen reputados prestamistas.
Regado todo con copas repletas
De sangre de cómicos y de poetas
Que glosan los logros de estos salmistas.

Malabaristas del dinero ajeno
Bien lavado de sangre e impurezas
Penales. Donado con gentileza
Por cosecha de votantedel bueno.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Conciencias Reversibles


No hay enmascaramiento ni remiendo
Que sujete el palo del miserable
De conciencia reversible y culpable,
Presuntamente libre del estruendo.

Hay quienes hacen algo imperdonable
Para permitirse seguir viviendo.
Por más que el hecho llegue a ser horrendo
Y tan hediondo como intransitable.

Los náufragos de la regeneración
Encuentran su tabla en la impostura,
Desprovistos de toda autocensura
Duermen en laureles de simulación.

Ponen todo su empeño y su bravura
En mentir con clara determinación
Aferrados al sobre y su pensión,
Colmando su existencia de basura.

Viene siendo su gran imperativo
Dejar su desquite posicionado,
Haciendo muy suyo el del obispado
Sin el mínimo juicio equitativo.

Vuelve a aparecerse, desfigurado,
Del Tiempo, su factor más corrosivo
Donde, en un espejismo progresivo
Viaja lo más regresivo a su lado

Trayendo a nuestra ultrajada memoria
Lastres que superados creíamos,
Que mucho tiempo ha, no sufríamos
Bajo el sucio arco de su victoria.

Exabruptos que ya nunca oíamos
En palabras imbuidas de escoria,
Alambicada e infame oratoria
Que con gran juicio estrangularíamos.

Los buitres siguen planeando en círculo
Cinco años después de su caída;
Fácil, donde la corrupción anida
Y la carroña crea su vínculo.

miércoles, 24 de julio de 2013

Reflejos De Excepción

Te encuentro escalando otro gran peldaño
De alguna evolución que no saluda
Ni a su propia involución testaruda.
Reflejos desde tu loco castaño.

Ofréceme tu crónica desnuda
De la desventura sin febril paño;
Que no provocará en éste ermitaño
Más turbación que deseo de ayuda.

Turbación, al fin y al cabo, sin vicio
Ni desmesura, siquiera angustiada
Por la proximidad del precipicio

Que ocultar quiero, por verte calmada
En edificante y sabio ejercicio
Que nos salve, acaso, ésta jornada.

No olvidemos que
Cronos
Nos otorga breves instantes de
Sucedáneos de felicidad.
En uno de ellos
Firmaré tu pecho con
Espuma
De mar, o de cerveza;
De amor, o de gratitud.
Pero siempre, siempre, de
Excepción.

lunes, 18 de marzo de 2013

Noche Sobre La Tierra ( y III )


VII

Cuando ya alcanzamos otro peldaño
En el fragoso empeño de enmudecer
La conmoción que comenzaba a morder
La víscera que todavía entraño,

Sin dejar de confundir, ni sorprender
A una parte importante del rebaño
Que no asoma ni un pie desde su escaño
Por temor a su propio languidecer,

Llegas con la sonrisa dibujada,
Una indisimulada provocación
Y con la moderación despoblada.

Harto insultante desconsideración
Viniendo de una dama tan educada,
Dejándome en estado de suspensión.


VIII

Encantado fruto de última hornada,
Ahogado grito con reverberación
Haciéndose cargo de la situación
En un giro brusco de la jugada

Tan cargado de razón e inspiración
Eludiendo un atisbo de llamada,
Tan agonizante y desesperada,
A la más mimetizada reflexión.

Olvidando que el Tiempo se estimula
A sí mismo con ahínco abrumador
Sin disimular que nos manipula.

Éste, de las palabras perpetrador,
Quien, rendido, éstas lineas rotula,
Rompe un brazo de tinta por su mentor.


IX

Si Cronos con Clío se confabula
En éste manillero trasnochador
Del delirio arquitecto, guia y motor,
Y que tantos fracasos acumula

Vuelve los vientos todos a mi favor;
En su desvarío se congratula;
A los despropósitos se vincula
Y traza itinerario devastador,

Cuando el torpe lenguaje, en su desnudez
Da comienzo al trote, y a regalarse
Hasta aquél paroxismo y embriaguez

De los adalides del tropezarse;
Trágico observante de la sencillez
De un segundo, antes de eternizarse.

lunes, 18 de febrero de 2013

Noche Sobre La Tierra (II)

IV
Y ahora dime si la brisa te toca
En este instante en el que, apenas, ciego,
Noto los ojos que, inconsciente, riego.
La pestaña que con su hermana choca.

Ahora, cuando de la Tierra despego,
Cuando toda la consistencia es poca
Para evitar aferrarme a esta loca
Y desesperada fiebre de apego.

Dale descanso, Clío, a éste batallar
Con la emoción más cercana y lindante
Que en mis entrañas insiste en albergar.

Con vehemencia y pasión de suplicante
Apostándose en mi triste costillar
Con abierta intención cicatrizante.

V

Un receso antes de empezar a contar
Para no perder el paso cambiante
Que confunde, quizá, al mejor danzante
A la hora de, su arte, ejecutar.

Ganando tiempo a la aguja anhelante,
Deslizándose en su ritmo circular,
Empleándose con empeño en alcanzar
Los minutos imposibles; viajante.

Sobre los libros la pestaña huidiza
Que a su hermana, sin reserva, abandonó
En demanda del verbo que ameniza

Las noches que el frío silencio abonó
Para demarcar linea fronteriza
Entre el sabio sueño y quien lo destronó.

VI

Cansado, como tras una paliza
Que draconiana angustia perfeccionó,
Y que la artera brisa no mencionó
En esta misión que me tiraniza.

Este grito del búho desentonó
Con hosco y seco sabor a ceniza
La indecible vena enamoradiza
Que aquel invierno nunca me perdonó.

Muy lejos de la lucidez de hogaño
Y vendido al terrenal oscurecer
De nocivo y creciente tamaño,

Quedos y, entre lineas, hemos de leer
Los versos que, confuso, enmaraño
En tanto de tu mano zarpa el placer.

domingo, 20 de enero de 2013

Noche Sobre La Tierra I

I

El aire frio y sano de la Sierra
No gesta eventos de regeneración
Que, acaso, alivie la desesperación
Del bardo que la esperanza destierra.

No quisiera recordar otra visión:
Tu rostro sobre mí, grácil se encierra
Mi última noche sobre la Tierra
Segundos antes de la separación.

Los secretos que guardas en tu mano,
Futuros surcos; pasadas grietas,
Un enrevesado nudo gordiano

Cuyo yugo con firmeza sujetas.
Pero nuestro instinto antediluviano
Tíra más que dos hermosas carretas.

II

Puestas y dispuestas ya las caretas,
La verdad, sajada por cirujano
Con soltura y acierto de un troyano.
Dejemos que fluyan unas cuartetas.

He olvidado mi sombra en el rellano
Quzá atravesada por saetas,
Eminente experta en rusas ruletas
Fiel, siempre ajena de todo lo humano.

Regresará mi espectro en su momento
Para rozarte con falsa cautela
Por no mostrar todo su atrevimiento

Dejando abierta una portezuela
A cierto, y más grande, merecimiento
De asir y conquistar tu ciudadela.

III

Abandónate a quien tu sueño vela.
No todos son del mismo sedimento;
Menos, huérfanos del mismo talento.
Abre, acaso, un resquicio tu cancela.

Discúlpame si me lleva el memento
Pues tu imagen toda se me congela,
Tal como una sempiterna acuarela,
En un irrepetible pensamiento

Abarrotado de aromas de espliego,
El que otros tantos instantes evoca.
Fragancias que me inducen al sosiego

Como un puente te lleva hacia una oca.
Concede que éste torpe lanzafuego
Se acerque, sin quemarte, hasta tu boca.