En la gruta de los padecimientos
Y algunos contradictorios placeres
Ya no quiero ser el sufrido animal
Que lame y cauteriza sus heridas;
Ahora quiero ser el brumoso bosque
Que observa y escucha sin pronunciarse
Mientras la atenta e insomne águila
Contempla los abismos anhelados
Y la esmerada lluvia sacia mi sed.
Duele demasiado para estar muerto
Y los tordos siguen cantando por la
Ventana que da a un sueño truncado.
miércoles, 4 de julio de 2018
Suscribirse a:
Entradas (Atom)