Activa Inoperancia

Activa Inoperancia

miércoles, 26 de agosto de 2015

Sin Respuesta

No busques la respuesta en el vendaval
Que arrastra las palabras,
Ni en el sueño infecundo de las piedras
Que adornan la pradera,
Pues te traicionaría tu mirada
Y, con suerte y ventura,
Podrías formar parte
De la partida de los corazones
Asaetados por su propio observar.
Ahora, disfruta del tiempo restante
A la nueva oscuridad.

sábado, 13 de junio de 2015

Levando Losas

Amor sin odio, y cierta incertidumbre
Amparan el asfalto y las baldosas
Esperando ver levantarse losas
Que limpien esta ciudad de su herrumbre.

Muchedumbre no siempre son personas.
A veces, apenas son muchedumbre
Ataviados de rencor y costumbre
Esperando algún cambio en las poltronas.

Pero hoy me gusta el olor de las rosas
Más que en los días de deseado olvido,
En que, ni los oseznos ni las prosas
Rendían su necesario rugido.
Mañana volveremos a mis cosas
Y a otro grato e ingrato cometido.

lunes, 16 de marzo de 2015

Falsa Quietud Del Letargo

Un estruendo silencioso
Rompe la falsa quietud
Del letargo.
Los objetos se ordenan
En los estantes del raciocinio:
La báscula inflexible del más dividido por menos.
Las cuerdas de la lira del holgar venidero.
El margen de error de la objetividad emocional.
La determinación de un sueño que reduce la desesperanza.
La frialdad moderada que caldea lo manifiestamente helado.
El soplo determinante que revuelve las tripas de la negación.
Los lirios rotos sobre la espalda de la más tozuda realidad.
Los trucos de la abuela para masticar la corteza del talento
Y después introducirlo en las bocas hambrientas
De los poetas anhelantes.
La precisión del asno del sueño inaplazable
A la hora de patear el culo de las conciencias.
El humo azul de las piras de la intolerancia
Ahogado por una lluvia fina de amores sostenibles.
El largo paseo del descuido y la desidia
Por los caminos menos transitados del deseo.
El estruendo que rompe la falsa quietud del letargo.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Veintiseis Horas

A las veintiséis y veinte minutos
El periplo ciudadano se detiene,
Y el viajero se descubre gran conocedor
Del secreto oculto en el fondo de la botella.
Más que oculto, agazapado en su lecho,
A la espera de unos ojos desveladores
Que acierten a franquear su discreción.

En un claro del bosque urbano
Donde pacen
Osos verdes, gaviotas azules
Y mofetas disfrazadas de visón,
Sufridos ancianos recogen, dolorosamente,
La cosecha
En la huerta tóxica donde florecen
Engañosos productos financieros,
Con cuyo néctar
Están siendo alimentados
Algunos cerdos,
A los que nunca dieron de comer
Margaritas.

A las veintiséis horas y veintidós minutos
Sigue respirando la noche.
Noche que volverá mañana
Con labios más dulces,
Y margaritas africanas...

jueves, 22 de enero de 2015

El Cabo Del Salchichón

Una vez rotos todos los precintos
De la inteligencia más superficial,
Tengamos en cuenta la apuesta verbal
Que nos lleva por caminos distintos:

Que la conciencia es un instinto animal;
Que no hay que seguir todos los instintos;
Que ya hemos lidiado en peores recintos;
Que "autocomplacencia" es medicinal.

Que algunas opiniones encontradas
Se pierden con una gran disposición
A no ser, de enfrentamientos, coartadas.

Que mis condiciones por la rendición
Tienen el mismo peso y pinceladas
Que el solitario cabo de un salchichón.