lunes, 18 de marzo de 2013
Noche Sobre La Tierra ( y III )
VII
Cuando ya alcanzamos otro peldaño
En el fragoso empeño de enmudecer
La conmoción que comenzaba a morder
La víscera que todavía entraño,
Sin dejar de confundir, ni sorprender
A una parte importante del rebaño
Que no asoma ni un pie desde su escaño
Por temor a su propio languidecer,
Llegas con la sonrisa dibujada,
Una indisimulada provocación
Y con la moderación despoblada.
Harto insultante desconsideración
Viniendo de una dama tan educada,
Dejándome en estado de suspensión.
VIII
Encantado fruto de última hornada,
Ahogado grito con reverberación
Haciéndose cargo de la situación
En un giro brusco de la jugada
Tan cargado de razón e inspiración
Eludiendo un atisbo de llamada,
Tan agonizante y desesperada,
A la más mimetizada reflexión.
Olvidando que el Tiempo se estimula
A sí mismo con ahínco abrumador
Sin disimular que nos manipula.
Éste, de las palabras perpetrador,
Quien, rendido, éstas lineas rotula,
Rompe un brazo de tinta por su mentor.
IX
Si Cronos con Clío se confabula
En éste manillero trasnochador
Del delirio arquitecto, guia y motor,
Y que tantos fracasos acumula
Vuelve los vientos todos a mi favor;
En su desvarío se congratula;
A los despropósitos se vincula
Y traza itinerario devastador,
Cuando el torpe lenguaje, en su desnudez
Da comienzo al trote, y a regalarse
Hasta aquél paroxismo y embriaguez
De los adalides del tropezarse;
Trágico observante de la sencillez
De un segundo, antes de eternizarse.
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