La telaraña, y su sombra, iluminadas,
Cuelgan como los faldones de una cortina.
También las palabras cuelgan del abismo
Como alpinista pendiendo de una roca.
Siempre serás más fuerte si crees ser más fuerte,
Pero todos los imperios caen sin excepción,
Y ciertas caídas suelen dejar los huesos
Muy maltrechos, y desprovistos de sosiego.
Todos los acertados caminos circundan
Las regiones sublimes de la perplejidad.
La nutriente duda no solo es razonable
Es también inteligente y muy pertinente.
Pero la firme determinación de un verso
Mueve montañas, y hasta algunos corazones,
No sin dejar un poso de ternura
En la firme mano que lo dibuja.
martes, 22 de enero de 2019
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