Me miro en una losa, y no desata ya
Un solo reflejo de ternura
Que me aleje de enrevesados vientos
Tan densos como lágrimas de aceite,
-Derramadas en esta estéril tierra-,
Manando de unos ojos encendidos,
Lejos de los concluyentes principios
De aquellos que, desesperadamente,
Buscamos un pajar en una aguja.
El agua seca, gulosa y ardiente
Genera una ironía silenciosa
Ante la música deficitaria.
La losa no refleja la esperanza
Que prolonga la angustia de los hombres.
jueves, 20 de septiembre de 2018
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